Muere Gloria Molina, dos meses después de su emotivo mensaje de gratitud a su amada comunidad
California y la comunidad latina en general amanecen de luto este lunes, tras darse a conocer a tempranas horas la muerte de Gloria Molina, quien fungió como supervisora de Los Ángeles durante más de dos décadas.
Antes, había hecho historia como la primera latina asambleísta en la legislatura estatal de California y como concejal de Los Ángeles. Abrió puertas para la comunidad hispana, en general, siendo "muy vocal", como se le describía por su pasión al defender las causas.
Combativa hasta el final, durante tres años le dio lucha al cáncer terminal que le habían diagnosticado. Pero este domingo 14 de mayo, cuando en Estados Unidos se celebraba el Día de las Madres, Gloria Molina partió al descanso eterno, a sus 74 años.
Le sobreviven su hija, su yerno, un nieto y otro que está "en camino".
Gloria Molina se despidió dos meses antes de morir
El 14 de marzo, en su perfil oficial en Facebook, la activista mexicana publicó un mensaje de despedida, dirigido a sus amigos y a su "amada comunidad", ese motor que la mantuvo activa durante más de cuatro décadas, trabajando por igualdad y justicia.
"He vivido una larga, hermosa y satisfactoria vida. Por los pasados tres años he combatido un cáncer terminal. Aunque ha estado recibiendo tratamiento, a este punto, es muy agresivo", compartió inicialmente.
Contrario a lo que pudiera esperarse, Gloria Molina se aseguró de que todos supieran que no estaba triste. "Me siento muy afortunada entrando a esta transición de vida. Tengo una familia increíble, que me cuida; amigos maravillosos, y trabajé con colegas comprometidos y un equipo fiel", mencionó.
Molina, quien cumpliría 75 años el próximo 31 de mayo, dejó saber además que estaba "emocionada", porque su única hija, Valentina Martínez, está embarazada por segunda ocasión y le dará un hermanito a su "hermoso nieto".
Finalmente, la líder hispana, que desde la década de los 70 se involucró en causas de ayuda a la comunidad, sobre todo a la mujer, se confesó "agradecida".
"Estoy realmente agradecida por todos en mi vida y orgullosa de mi familia, de mi carrera, de mi gente y del trabajo que hicimos en nombre de nuestra comunidad [...] Sobre todo, soy afortunada de tener este tiempo para pasarlo con mi familia, amigos y aquellos que son especiales para mí. Gracias a todos por su amor y apoyo", concluyó.
Gloria Molina, la activista que inspira a generaciones
Fue la primera de los 10 hijos que sus padres mexicanos procrearon en Los Ángeles, California. Y, al igual que sus hermanos, desde pequeña luchó contra los estereotipos y el discrimen.
Terminaba la década de los 40 y los hijos de inmigrantes mexicanos nacidos en Estados Unidos eran llamados chicanos, como una forma discriminatoria y no reconocerle los mismos derechos.
Gloria Molina completó sus estudios en Pico Rivera y mientras trabajaba como secretaria se involucró en movimientos para fomentar que la mujer latina atendiera su salud. También promovió que se estudiara enfermería pues la demanda de atención lo requería.
Se mudó a Washington y trabajó como asistente en la istración del presidente demócrata Jimmy Carter. De ahí, regresó a California, como directora del Departamento de Salud y Recursos Humanos en San Francisco.
Pero en el 1982, cansada de pedir cambios y ver que no tomaban su voz ni la de otras mujeres en cuenta, aspiró a la asamblea estatal de California y ganó.
En el 1986, aspiró a un puesto en el Concejo de la Ciudad de Los Ángeles y ganó la silla por el Distrito 1. Una vez más, se trató de la primera latina en ocupar un puesto en ese organismo.
En el 1990, con menos recursos que su contendiente, Art Torres, se lanzó por la dirección de la Junta Supervisora de Los Ángeles, y una vez más consiguió el respaldo de los votantes, su "amada comunidad".
Durante 23 años, marcó la diferencia en el cargo, dándose a conocer como guardiana del presupuesto, siempre mirando por el cumplimiento de las reformas, el buen estado de los servicios de salud y la calidad de vida de millones de residentes en el condado.
Combatió la escasez de vivienda y se dedicó a buscar cómo hacer llegar los servicios del condado a todos residentes.
Su entrega la llevó a principios de los 2000, a unirse al Departamento de Familias y Niños en recorridos por diversas zonas, para rescatar a menores de edad en situación de abuso.
Además, creó un programa para que los estudiantes pudieran mejorar sus promedios antes de graduarse.
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